lunes, 15 de junio de 2009

Home, sweet home!

El viaje.

Qué cansancio. Confusa, aturdida y exhausta, concentraba las fuerzas en cargar con todo el equipaje hasta el final. Tenía unas ganas extremas de llegar, al fin, adonde se tiene un hueco asignado insustituible, adonde sabes que perteneces, por suerte.

Descanso, adaptación.

Junto a una ligera sensación de mareo. No he tenido que acostumbrarme a nada, porque sé dónde estoy. Recordaba cada rincón, cada porción de rutina, el tacto del sillón, el ruido de la cafetera, cada cosa que me dejé guardada en los cajones y armarios. No ha hecho falta pensar, todo estaba pensado. Llevaba pensando en esto por muchos días, así que la tarea se vio reducida al desempaque de maletas y cajas, a reorganizar la ropa en el armario, guardar botas y zapatillas, cosméticos y apuntes, etc. etc.

¡Ay! La vuelta a todo...es lo que tiene. Yo lo llevo genial, después de todo.

besos y abrazos.

No hay comentarios:

Seguidores